En el Ecuador hay suficiente disponibilidad de alimentos y de recursos para combatir la desnutrición. En consecuencia, se trata de un problema distributivo. El reto consiste entonces en eliminar las fuentes de privación que afectan a las poblaciones que sufren de desnutrición, mediante políticas públicas activas, integrales y sostenidas, que ataquen sus múltiples causas y que articulen a los niveles nacionales y locales. Según indica el Ministerio de Coordinación de Desarrollo Social, la erradicación de la desnutrición crónica severa y la disminución del retraso en talla para la edad se encuentran consagradas en el Plan Nacional de Desarrollo 2009-2013, que se propone la meta de reducir la desnutrición crónica de 26% en 2006 a 14% en 2013.
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